jueves, 12 de noviembre de 2009

Dentro del chat


El mundo entero asiste a la transformación permanente de sus paradigmas, ¿no te parece? Te sientas al lado de una mujer hermosa, de cuerpo voluptuoso y piel bronceada; al oírla hablar te das cuenta de que no hace mucho tiempo fue hombre. Ves a un sujeto que habla solo en la calle y te burlas de él en silencio, pero ¿no te has enterado de que conversa por teléfono con un audífono diminuto? Y anécdotas similares escuchas a diario, lo que nos hace entender, la manera en la cual las relaciones sociales fluctúan frente a la mirada de todos, sumado esto al avance de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de la información, la idea de distancias cada vez menos distantes en las interacciones humanas es una proposición innegable.

Todo este contexto te hace entender, al menos en parte, la manera y las razones por las que esa tarde Tomás decidió escribir aquel correo. Cada viernes él intentaba organizar su agenda de tal manera que pudiera estar en las horas de la tarde en su casa y ese viernes no fue la excepción aunque al no ver mucho para hacer allí, resolvió salir a caminar como usualmente lo hacía; en su trayecto por las calles del centro de Armenia se le antojó aburrida su caminata, vio una sala de Internet e ingresó al lugar como por inercia. Se instaló en uno de los equipos y organizó sus ideas de tal manera que pudiera escribirle un correo electrónico a Mariana, el cual expresara todo aquello que hace rato le pasaba por la cabeza y efectivamente, en el mail Tomás, le dijo cuanta falta le hacía, que le gustaría saber de ella, pues se encontraba desubicado y le pedía el favor de responder aquel correo electrónico lo más pronto posible.

Entonces, mientras escuchas hablar a este personaje, te preguntas: Pero… Carajo ¿cómo lo hace? El vive en Armenia, ella en Guatemala, jamás tuvo algún tipo de contacto físico (besos, abrazos, caricias) con ella, jamás la conoció cara a cara y sus encuentros periódicos ocurren a través de Internet aunque eventualmente se llaman por teléfono; y es allí cuando Tomás sale con sus ojos de hombre lobo y su cabellera desordenada a decirte que sus sentimientos van mas allá del contacto físico y que si ese día envió ese correo era porque necesitaba arreglar sus enredos mentales y la narración de cómo empezó aquella relación a distancia continúa.

Tomás salió de la sala de Internet hacia su casa. Ese era uno de esos días en los que se levantaba con el ánimo caído. Su situación emocional, generalmente, le provocaba grandes deseos de tirarse a la cama para dormir un buen rato y efectivamente así fue, sólo que antes de hacerlo, dentro de sí anheló no haber escrito algo exageradamente sentimental o empalagoso, por lo cual esperaba que al despertar todo pudiera estar mejor. Según él su correo no le disgustó a Mariana, esto lo dice porque al revisar la bandeja de entrada de su mail halló la respuesta a su misiva y mejor aún halló lo que deseaba encontrar: evidentemente, ella correspondía a sus sentimientos, por lo cual, en sus próximos encuentros cibernéticos la relación avanzó definitivamente hasta formalizarse y ser lo que hoy en día es: un noviazgo de seis meses que para él tiene proyecciones y un futuro prometedor, claro está, fuera de Colombia.

En fin… Dices: ¿Qué pasó? Después de esto ¿cómo establecieron una relación aparentemente formal? Y ya no seré quien conteste; esta vez él aclara todas nuestras dudas, con la siguiente analogía: “si existen relaciones que llevan años de convivencia y aún así se pelean, se detestan y son mantenidas por conveniencia y apariencia, entonces ¿por qué no puede ser que dos personas que están muy lejos la una de la otra no puedan establecer una relación utilizando los medios que tienen a la mano? Y teniendo en cuenta que la atracción es mucho más fuerte que el limitante que puede ser la distancia. De hecho para mí la distancia no es una limitante es una posibilidad. ”

Bueno, está bien; pero hasta este instante descubres lo que se dice tienen en común las religiones, el comunismo, la anarquía y el amor, un plan, un proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación. La habitualmente, llamada utopía. Te lo digo porque a Tomás lo que lo alienta a continuar con esta relación es la idea de poder algún día convivir no sólo en la red, sino también en un espacio real donde exista el contacto y algo más.
Sin embargo, después de reírte, ves nuevamente al sujeto que habla solo y me das la razón: es un auricular diminuto, muy diminuto. Y entonces quieres pensar que todo esto es raro y extraño. Adjetivas con juicios de valor la relación de Tomás: malo, patético, increíble, imposible, pero lo único que está ocurriendo frente a tus ojos es un cambio radical en la manera como se establecen las interacciones sociales, por lo tanto el adjetivo te sobra. No es malo, patético, increíble o imposible, simplemente es diferente y es el producto de los avances tecnológicos que configuran desde hace mucho tiempo las relaciones sociales, convirtiéndolas en relaciones homogéneas y diversas a la vez, dado que los cambios acelerados del mundo contemporáneo conllevan a que las interacciones se enriquezcan con los aportes de culturas lejanas y a su vez se uniformicen en una sola cultura global, donde la red es el principal medio para ello.


Y al final de todo entras al chat. Y ¿Dónde quedaron tus adjetivos para definir la relación de Tomás y Mariana? Permíteme decirte, terminaste después de todo, al igual que ellos, en busca de un extraño con quien conversar. Y finalmente, sin un esfuerzo mayúsculo lo descubres: dentro del chat, hay anécdotas, banalidades, sortilegios, planes terroristas, conversaciones indecentes, utopías, pasiones, enfermos, lascivos, inocentes, genios, gritos, sexo, pudor; hay vidas esclavas, hay sueños a medias, hay tiempo muerto y espacio ilimitado. Dentro del Chat está Tomás con su cabello desordenado y sus ojos de hombre lobo, en un espacio que se percibe como tiempo y en una realidad que todos llaman virtual.
Señor Tortugo

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